Examina la historia de la educación jesuita, trazando su evolución desde las raíces humanistas hasta su énfasis actual en «servir a la fe que hace justicia». El artículo destaca hitos, como el establecimiento de las primeras escuelas jesuitas que ofrecían educación gratuita y la llamada del Padre Pedro Arrupe a formar «hombres [y mujeres] para los demás.» Mesa hace hincapié en cómo la educación jesuita se ha centrado cada vez más en la justicia social, la inclusión y el servicio a los pobres. A través de sus escuelas e iniciativas como Fe y Alegría, Cristo Rey y el JRS, la educación jesuita en todo el mundo refleja un nuevo humanismo que combina la excelencia académica con compromisos éticos, con el objetivo de formar personas que busquen cambiar el mundo a través de la fe, la justicia y la compasión.