La Pedagogía Ignaciana es profundamente humana y consecuentemente universal. Su objetivo supremo es enseñar y aprender a amar, para integrarnos plenamente y construir en este mundo el amor fraterno, la justicia y la paz. Con los siglos, se ha enriquecido por la experiencia de los centros educativos de la Compañía de Jesús. Actualmente, los dos mil colegios y las más de trescientas universidades de los jesuitas en todo el mundo tienen de común la espiritualidad y la pedagogía ignaciana, no en todos con la misma intensidad, pero sí en todos con muchos rasgos comunes.

La validez de su objetivo, principios y métodos se ha visto confirmada desde las perspectivas pedagógicas constructivistas, humanistas, socio-críticas, de la neuro-fisiología y de la educación popular, entre otras. Para quienes deseen profundizar sobre este tema, recomendamos el ensayo del P. Jesús Montero Tirado S.J.: "Enseñar y aprender a Amar. Objetivo supremo de la Pedagogía Ignaciana" (2021)

Las propuestas de la pedagogía ignaciana  son fuente para inspirar y dinamizar procesos educativos transformadores. Incluso quienes no comparten la fe cristiana pueden hallar en ella respuestas válidas para mejorar la calidad de la educación.

Invitamos a educadores, estudiantes universitarios, académicos y público en general a explorar y hacer uso de la información ofrecida en esta web.

 

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