El filósofo y dramaturgo Gabriel Marcel reflexiona sobre la esperanza como fruto de una experiencia de comunión interpersonal que abre al hombre renovados horizontes de sentido. A partir de sus aportes, en este artículo, se pondrá de manifiesto el rol fundamental de la esperanza como dinamismo intrínseco de la relación pedagógica, la cual se revela como recíproco alumbramiento de educador y educando, en un progresivo despertar a la plenitud intersubjetiva.