Descripción
Desde Loyola hasta su último tiempo en Roma, el peregrino vivió integrando paradojas humanas y espirituales hasta entonces imposibles de concebir. El peregrino supo aunar polaridades y
hacerlas fecundas en su complementariedad. Cinco núcleos de integración ignaciana:Gloria de Dios – salvación propia – ayuda de las ánimas; Contemplación – acción, Medios humanos – Confianza en Dios, Universal – particular, El Reino y la Iglesia.Del “magis” a la totalidad.Integrar desde la contemplación.