Descripción
Cuál sea el propósito básico de un centro educativo es un tema debatido desde los
inicios de estas instituciones. ¿Debe una escuela dedicarse exclusivamente a preparar a sus alumnos en el ámbito académico, o le compete dedicar los esfuerzos principales a la formación de personas en todas sus dimensiones individuales y sociales, en especial en la dimensión moral? En el caso de que se afirme que se pretende formar moralmente ¿se cuenta con claridad sobre las
implicaciones pedagógicas de este objetivo?
La investigación que aquí se presenta surge de un matiz sobre la segunda postura.
En primer lugar, una institución educativa, incluso una del nivel superior, colabora de hecho en la formación moral de sus alumnos. Como se verá, éste no es un tema optativo y obliterarlo sólo evita conducir la formación de manera consciente y congruente con la ideología institucional. En segundo, el fondo de la formación moral no radica en la transmisión de un conjunto de valores, sino en promover la
conquista gradual de la libertad por parte de los alumnos. La libertad puede y debe educarse desde la niñez y ésta es una labor para toda la vida.