Hablar de educación de la interioridad es hablar de algo necesario y urgente dentro de la educación. Ayudar a los alumnos a descubrir el gran mundo interior que los habita será un gran regalo. La entrada a ese maravilloso universo pasa por trabajar tres áreas fundamentales de la persona: autoconocimiento, autonomía y autorregulación. Estas habilidades suponen la llave que abrirá las puertas a una vida más plena y consciente, ¡un auténtico tesoro! el conocimiento de uno mismo es la mayor y más importante empresa que tenemos que acometer los seres humanos en nuestra vida. Porque desde ese autoconocimiento emana la comprensión de uno y de los otros, la autogestión, el autocontrol… y desde esa sabiduría podemos salir al mundo y transformarlo, mejorarlo. Así pues, en el trabajo en educación, con nuestros alumnos, este habrá de ser un objetivo primordial. Porque si acometemos estas tres grandes tareas en los centros educativos, los alumnos quedan tocados, se consigue uno de los objetivos más elevados a los que estamos llamados los educadores: educar la interioridad, educar el Ser.