Por Rodrigo Núñez y Natalia Da Costa. Proponen una reflexión en torno a las nociones de época y crisis en la narrativa del Pacto Educativo Global. Luego de una presentación de los lineamientos generales del Pacto se busca relevar de qué manera estas nociones suponen una dimensión temporal y establecen un horizonte de experiencia y expectativa, es decir ofrecen una apertura de posibilidades de acción de cara al futuro. Resalta 3 objetivos del PEG: poner la persona en el centro, la valentía de invertir las mejores energías con responsabilidad y creatividad y la valentía de formar personas disponibles que se pongan al servicio de la comunidad. De estos objetivos se desprenden 7 compromisos: poner la persona en el centro, escuchar a las jóvenes generaciones, promover a la mujer, responsabilizar a la familia, abrirse a la acogida, renovar la economía y la política y, cuidar la casa común. Destaca que las 5 áreas temáticas del Pacto (Dignidad y derechos humanos, Paz y ciudadanía, Tecnología y ecología integral, Fraternidad y cooperación, Culturas y religiones) se vinculan con los objetivos y compromisos establecidos de manera transversal y que de esa forma deben ser analizados y desarrollados. La urgencia del camino educativo recoge dos dimensiones de la situación crítica en una sola crisis: en la relación de la imbricación de la crisis ambiental que es al mismo tiempo crisis antropológica. De igual modo reconoce otra crisis: la que afecta a las formas tradicionales de transmisión de la cultura.