Por María Ángeles Navarro Mazón y Fernando González Alonso. Ante el escenario actual de deshumanización de la persona y la sociedad, la cuestión social se ha convertido en una cuestión antropológica que re-quiere promover un nuevo humanismo integral y solidario que construya modelos de pensamiento responsable que se hagan vida. La educación se convierte en pieza indispensable al servicio del nuevo humanismo, construyendo la personalidad social de las nuevas generaciones. A la luz del Magisterio reciente de la Iglesia en materia educativa y el lanzamiento del Pacto Educativo Global, se muestra cómo el humanismo teocéntrico, integral y solidario, constituye la base adecuada sobre la que ci-mentar el cambio de paradigma educativo. La descripción detallada de este humanismo, así como la metodología propia a aplicar en el aula, para cualificar el proceso de asimilación de estos fundamentos por el alumnado, se convierten en el núcleo central del presente artículo.