El panorama actual del mundo engloba diversas formas de desesperanza propias del colapso antropológico y del uso violento de la autoridad, provocados desde los sistemas educativos, económicos y políticos del “desarrollo humano” enfocado en la productividad, junto con las guerras de diversa índole y de la destrucción medioambiental. La esperanza es la respuesta de la Iglesia. La esperanza, expresa el Papa, es una realidad que se encuentra en el fondo del corazón humano: “… toda persona anida la esperanza como deseo y expectativa del bien, aun ignorando lo que traerá consigo el mañana”. La vuelta a la esperanza es un camino que debe acoger diversos frentes, ya que no sólo parte de la disposición de la persona que camina hacía una meta u objetivo, sino de la realidad a la que se enfrenta en el camino. Se trata del reconocimiento real del peregrinaje que enseña, impacta, fortalece y trasforma al sujeto, desde el caminar junto con el otro; esto hace del recorrido un lugar de crecimiento en sí y en la comunidad. La propuesta cristiana integra trescaracterísticas de la esperanza que responden a la relación con Dios, la relación consigo mismo y la relación con el otro. Finalmente, la esperanza es animada en el amor, porque quien ama no se equivoca y el fruto de la caridad es la paz. Los sembradores, misioneros yservidores de esperanza deben ser conscientes de la imposibilidad para recibir algunos frutos, pero a la vez deben persistir en llevar la caridad a todas las gentes para inspirar esperanza en los demás.