Con prólogo de José M. Guibert S.J. Contemplamos la vida y obra de san Ignacio de Loyola y podemos ver en ellas unas pautas muy iluminadoras para renovar la misión de liderar y gobernar, animar y alentar, dirigir y coordinar, acompañar y formar, organizar e innovar, emprender y actuar, etc. En esta obra se nos presenta el legado del fundador de la Compañía de Jesús y creador de una espiritualidad que tiene ya una vigencia de medio milenio. Entre las muchas dimensiones de esta espiritualidad está el liderazgo. Hoy en día siguen haciendo falta líderes. Un líder se implica personalmente en una misión y en el acompañamiento y transformación de quienes comparten esa misión y de sus instituciones. No es un frío calculador o analista que emite juicios o valoraciones lógicas y asépticas, quedándose en los medios sin profundizar en los fines. Eso está muy bien, y ese tipo de técnicos hacen falta. Dependemos de ellos para algunas cosas. Pero el liderazgo es algo más. En este libro se describen muchos rasgos de ese liderazgo, antiguo pero muy actual, que se quiere reivindicar aquí. Se nos presenta un camino de conversión y de transformación. Se valoran la implicación y el testimonio personales. El rol del discurrir y del razonar. La relevancia de la emoción y de los sentimientos. El papel de las relaciones personales y la importancia de cohesionar equipos. Las habilidades organizativas y el sentido de eficacia. La libertad de espíritu y el discernimiento, la osadía y la prudencia. La solidaridad auténtica y la opción por los pobres. La importancia de la comunicación.