En este artículo, la autora busca edificar un puente entre la sabiduría ignaciana y estrategias personales, interpersonales y organizacionales, para explorar las formas prácticas al contestar a la pregunta, ¿qué hace el líder ignaciano? Sin una integración de los valores ignacianos en el liderazgo de las organizaciones, la identidad jesuita corre el riesgo de mantenerse demasiado abstracta, arraigada en el pasado o reducida a la formación del carácter personal. Presenta cuatro maneras de poner en práctica la sabiduría ignaciana en cuanto al liderazgo y la práctica organizativa: iniciar con un propósito, empoderar la adaptación, abrazar la tensión y crear culturas de discernimiento; para cada una, incluye preguntas, recursos e ideas prácticas, trayendo teorías contemporáneas en diálogo con recursos de la tradición jesuita.