El liderazgo ignaciano tiene que ver con personas y con misión. Consiste en asumir el reto de acompañar a otras personas en el desarrollo de una misión conjunta. Y esto, inspirado en cómo san Ignacio lo hacía. Si buscamos en la vida de san Ignacio ideas sobre cómo ha de conducirse un líder (tomar su tarea como un servicio, no como ejercicio de poder; asumir personalmente una misión; acompañar, animar y guiar a otras personas; hacer que se encaminen a una misión que implica y seduce a todos) nos encontramos con muchas intuiciones y sugerencias. Podemos así renovar no solo nuestra vida personal de fe, sino también nuestras actitudes cuando tenemos responsabilidad con otras personas. Luego de una introducción sobre las fuentes para comprender el liderazgo al modo ignaciano, pasa a enumerar 18 características que se deberían cultivar y mostrar en su ejercicio.