Si la humanidad logra sobreponerse a las terribles amenazas de esclavitud y deshumanización a las que hoy se enfrenta, anhelará un nuevo humanismo y estará ansiosa de descubrir la integridad del hombre, así como de acabar con las divisiones internas, de que tanto ha padecido la época precedente. Para corresponder a este humanismo integral debiera promoverse una educación integral, precisamente aquella cuyos caracteres principales he tratado de desarrollar en este texto.