Se ofrece una una reflexión acerca de la concepción del P. Pedro Arrupe S.J. de la intencionalidad de la educación jesuita como la formación de hombres y mujeres para los demás, la cual complementa con la propuesta de Kolvenbach con las características que se resumen en las 4Cs. Profundiza estas finalidades formativas con ideas de Teilhard de Chardin sobre la educación para la felicidad y planteamientos del papa Francisco con el Pacto Educativo Global, focalizando en la misión y compromiso como educadores de formar en la "misericordia" como acción concreta del ser para los demás.