Documento de la Conferencia Jesuita de Canadá y Estados Unidos. El documento es una reflexión sobre cómo nuestra fe y nuestros valores ignacianos podrían guiar nuestra búsqueda del bien común en el espacio público. En la familia ignaciana surge una frase relacionada con nuestro trabajo por la justicia social: “hombres y mujeres para los demás”. A medida que respondemos al llamado a ser agentes de cambio en la sociedad inspirados por el amor especial de Dios por aquellos que están marginados, inevitablemente seremos conducidos al espacio público para participar en el complicado y urgente trabajo de la política. A través del compromiso político y cívico podemos usar nuestras voces para abogar por la transformación de las estructuras sociales que están empañadas por pecados como el racismo, el sexismo, el nativismo, la desigualdad económica, la degradación ambiental, los ataques contra cada etapa de la vida y la dignidad humana, y así muchos otros. Se espera que este recurso nos brinde la oportunidad de examinar las formas en que participamos en la acción política y el diálogo como personas comprometidas con una fe que hace justicia.