Por Silvia Bou Ysás, Cristina Carretero González, Pilar Castro González, Arantza Echániz Barrondo y Lotta Hassi. La metodología del aprendizaje basado en retos (ABR) (Challenge Based Learning, en inglés) implica un modo de entender la educación que trae al presente valores ignacianos tradicionales y comunes a toda nuestra red educativa y contribuye a formar “hombres y mujeres para los demás y con los demás”. El ABR supone un enfoque pedagógico que involucra activamente al estudiante en una situación problemática real, relevante y de vinculación con el entorno (tanto por la problemática abordada como por la participación de agentes del entorno), la cual implica la definición de un reto y el diseño, propuesta y/o la implementación, en su caso, de una solución. El aprendizaje basado en retos, trabajado desde las claves de lam pedagogía ignaciana, se trata de una metodología que posibilita el desarrollo de las cuatro dimensiones (humanitas, utilitas, iustitia y fides) que configuran el “paradigma universitario Ledesma- Kolvenbach”. El ABR armoniza perfectamente con el Paradigma Pedagógico Ignaciano (PPI): “El paradigma ignaciano de experiencia, reflexión, acción sugiere una multitud de caminos en los que los profesores podrían acompañar a sus alumnos y facilitarles el aprendizaje y la madurez, enfrentándolos con la verdad y el sentido de la vida”.