El padre Pedro Arrupe, en su carta “Sobre la inculturación” (1979) nos explica que aunque esta palabra no aparezca en los escritos de San Ignacio, su contenido y sentido apostólico está presente en los Ejercicios Espirituales y en la tarea de evangelización de las culturas a partir de los primeros jesuitas, fieles al principio de adaptación desde el ideal de servicio a todo el género humano “en tanta diversidad… así en trajes como en gestos…unos blancos otros negros… (EE. 106), y con el “Presupuesto” de “salvar la proposición del prójimo”, soporte de un verdadero diálogo intercultural e interreligioso. La Compañía de Jesús tiene hoy el desafío educativo de responder a la diversidad cultural de nuestra “casa común”, en lo global y en lo local, desde un compromiso con la interculturalidad, para promover sociedades más inclusivas. La educación intercultural, en su intencionalidad última, significa promover la cultura del encuentro, en palabras de Francisco, para conformar este mundo como un “poliedro” con muchas caras distintas, pero todos como una unidad donde las diferencias conviven reconciliadas desde la hermandad, complementándose, enriqueciéndose e iluminándose recíprocamente. Ofrecemos los artículos recibidos por la convocatoria para este Boletín (con nuestro agradecimiento a los autores), así como una selección de documentos localizados por otras vías, que tratan sobre propuestas y respuestas de redes e instituciones de distintos niveles, desde su identidad católica y carisma ignaciano, ante las realidades y desafíos de la atención educativa-pastoral de poblaciones culturalmente diversas, incluyendo migrantes y personas con discapacidades; además, aportamos referencias sobre la inculturación del evangelio y el diálogo interreligioso. Este Boletín complementa el titulado “Por una educación inclusiva con mirada nueva” de agosto 2022, que invitamos a repasar, pues no puede haber inclusión educativa real si no se trabajan los procesos pedagógicos desde un enfoque intercultural.