Itinerario de formación en migraciones, interculturalidad y diversidad en colegios jesuitas de las redes FLACSI y RAUCI. Por Jimena Castro, Cecilia Duarte y Laura Chauerba. Los colegios jesuitas trabajan desde la Pedagogía Ignaciana que reconoce que el arte y la ciencia de enseñar no se reducen sólo a una metodología a seguir, sino también y sobre todo a una perspectiva del mundo y una visión de la persona humana ideal que se pretende formar, a un modo de proceder. Las dimensiones de esta pedagogía comprenden varios aspectos a tener en cuenta en el acto educativo: el contexto en que se sitúa el estudiante y en que se desarrolla el proceso, la experiencia que lleva a un acercamiento cognoscitivo, afectivo y global a la realidad; la reflexión, que permite captar críticamente el significado profundo de cuanto se ha experimentado y prepara la toma de decisiones; la acción o manifestación externa de la experiencia reflexionada, expresada en opciones, conductas y actuaciones coherentes; finalmente la evaluación permanente de todo el proceso: contexto, experiencia, reflexión, acción y evaluación. La propuesta metodológica y el proyecto educativo que se nutren de ella, presentados aquí, condensan estas dimensiones y representan una apuesta a la formación de una cultura del respeto a los derechos humanos entre nuestros estudiantes. Itinerario de formación en migraciones, interculturalidad y diversidad en colegios jesuitas de las redes FLACSI y RAUCI. Por Jimena Castro, Cecilia Duarte y Laura Chauerba. Los colegios jesuitas trabajan desde la Pedagogía Ignaciana que reconoce que el arte y la ciencia de enseñar no se reducen sólo a una metodología a seguir, sino también y sobre todo a una perspectiva del mundo y una visión de la persona humana ideal que se pretende formar, a un modo de proceder. Las dimensiones de esta pedagogía comprenden varios aspectos a tener en cuenta en el acto educativo: el contexto en que se sitúa el estudiante y en que se desarrolla el proceso, la experiencia que lleva a un acercamiento cognoscitivo, afectivo y global a la realidad; la reflexión, que permite captar críticamente el significado profundo de cuanto se ha experimentado y prepara la toma de decisiones; la acción o manifestación externa de la experiencia reflexionada, expresada en opciones, conductas y actuaciones coherentes; finalmente la evaluación permanente de todo el proceso: contexto, experiencia, reflexión, acción y evaluación. La propuesta metodológica y el proyecto educativo que se nutren de ella, presentados aquí, condensan estas dimensiones y representan una apuesta a la formación de una cultura del respeto a los derechos humanos entre nuestros estudiantes.