El relato evangélico del Buen Samaritano nos regala algunas pistas de una renovada identidad de una escuela- posada, que sea comunidad de vida y aprendizajes, que parte del encuentro con Jesús para compartirlo con los demás, aprendiendo a descubrir que la plenitud de la vida, en el camino formativo, se logra al entregarla en un encuentro personal y comunitario que nos forme como discípulos misioneros. El Itinerario responde al deseo de un auténtico encuentro con Jesús en el corazón de la propuesta educativa ignaciana. Recorre cuatro focos formativos o núcleos sapienciales que corresponden a las etapas evolutivas de los estudiantes: 1) “Somos creados” en la primera etapa de Inicial y primera parte de primaria, 2) “para alabar y hacer reverencia y servir” en la segunda parte de primaria, 3) “al modo de Jesús” en la primera parte de secundaria, 4) con el deseo de responder a través de un proyecto vital, “a vos Señor lo torno” en la etapa final de Secundaria.