Por Jorge Burgueño López y Elías López S.J. La Misión propia del carisma ignaciano aboga por un “establecimiento de relaciones basadas en la justicia”. En la Congregación General 32 que tuvo lugar en el año 1974, se aborda esta temática de forma explícita, resaltando la necesidad de trabajar por una sociedad más igualitaria y dispuesta a resolver, a través del "servicio de la fe, del cual la promoción de la justicia es una exigencia absoluta", los inevitables conflictos que surgen entre las personas. Dado que parte de la Misión de la Compañía de Jesús es también la propagación de la fe y la educación de los jóvenes, esta experiencia propone aunar los cometidos ignacianos en la mediación educativa desde el Paradigma Pedagógico Ignaciano, para así liderar la reconciliación desde la base.