Ante los grandes desafíos del cambio climático, asociados al deterioro del proceso educativo por la pandemia COVID-19, se evidencia la urgencia de repensar los principios y metodologías que rigen la educación en todos los niveles de escolaridad. En los últimos años, debates, discusiones y publicaciones han enfatizado que la dimensión fragmentada de los saberes científicos ya no corresponde a la realidad socio-ambiental en la que vivimos, y es necesario buscar caminos apoyados en un mayor diálogo entre las diferentes áreas de las ciencias, donde la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad son fundamentales para rescatar la visión sistémica de la educación. Asociado a este deseo, el proceso educativo necesita articularse con las nuevas metodologías de un mundo más digital, donde la internet y las redes sociales ocupan un lugar destacado en las nuevas generaciones de niños y jóvenes.