Descripción
Educar para la fe debe poco a las creencias impuestas y todo a los valores, el ethos y los principios con los que reflexionamos, juzgamos y transformamos la realidad.
Me gustaría explorar dos manifestaciones de esto. La primera es lo que llamo educar para la fe ecológica y la segunda es educar a través de una coherencia de palabra y de vida.
Cuando educamos para la fe, educamos para la profundidad; educamos para sanar un "mundo roto, especialmente el mundo de los pobres"; educamos para la justicia social y la reconciliación; educamos para reconocer y colaborar con "Dios... que ya está trabajando en nuestro mundo". Educamos para "un cielo nuevo y una tierra nueva".