Descripción
Ante un mundo que nos niega, que nos aplasta, que busca replegarnos sobre nuestro propio sufrimiento, encerrándonos en él, volviéndonos a través del temor, los unos contra los otros, es entonces que un espíritu fraterno se despierta en nuestros corazones. La dignidad en el rostro de nuestros hermanos y hermanas inspira un grito para negar al mundo que nos niega. Una vulnerabilidad humana que se presenta como horizonte, un corazón hospitalario que escucha la palabra del otro, una fraternidad humana sedienta de justicia, que es luz rebelde, en un mundo que conocerá su transformación, bajo la promesa del amor.