Descripción
Mientras leía la encíclica “Fratelli tutti” del papa Francisco, me sentí desafiado como educador escolapio. Si bien el mensaje lleva una fuerte exhortación a construir una sociedad diferente a la que tenemos, basada en la dignidad humana y el diálogo que brota del encuentro honesto con el otro, es inevitable comprender
que se ha depositado una responsabilidad enorme en nuestras manos. Formar las nuevas generaciones en un cambio de visión es un proyecto ambicioso, que muchos pueden calificar de utopía, pero es una misión en la que empeñamos nuestra existencia.