Descripción
Las siguientes páginas no pretenden resumir la doctrina sobre el amor fraterno, sino detenerse
en su dimensión universal, en su apertura a todos. Entrego esta encíclica social como un humilde aporte a la reflexión para que, frente a diversas y actuales formas de eliminar o de ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras. Si bien la escribí desde mis convicciones cristianas, que me alientan y me
nutren, he procurado hacerlo de tal manera que la reflexión se abra al diálogo con todas las
personas de buena voluntad. Anhelo que en esta época que nos toca vivir, reconociendo la dignidad de cada persona humana, podamos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad.