Descripción
El Papa Francisco se ha formado en la escuela de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Este trabajo examina las raíces de
este aprendizaje espiritual y el influjo de los principales maestros (Hugo Rahner, Miguel A. Fiorito, Gaston Fessard) en su interpretación del carisma de la Compañía de Jesús: el magis, el discernimiento, la charitas discreta, el
combate espiritual, la dialéctica inscrita en el famoso adagio Non coerceri maximo, contineri tamen a minimo divinum est. Para ello el autor examina el texto de los Ejercicios espirituales que Jorge M. Bergoglio impartió a los
obispos españoles (2006) y la exhortación apostólica Gaudete et exsultate, “sobre el llamado a la santidad en el mundo actual”, donde está muy presente el eco de los Ejercicios espirituales. Por otro lado, este artículo muestra que la espiritualidad ignaciana es una seña de identidad del pontificado de
Francisco, de modo que el discernimiento es un instrumento de gobierno y una ayuda en el camino de la santidad para seguir al Señor más de cerca en el combate espiritual de la fe bajo la cruz de Cristo.