Descripción
La ética no es simplemente una colección de “principios”, y “valores” fruto de una reflexión personal o colectiva, sino una forma de proceder acorde con la “dignidad” de la persona humana. La dignidad es una cualidad inherente a la persona humana. Según el preámbulo de la declaración de los Derechos humanos de 1948 que la dignidad es intrínseca a todos los miembros de la familia humana. El modo de proceder ético implica principios y valores éticos.
Es importante hacer esta distinción. Los “principios” en general son proposiciones, teóricas, que expresan un determinado modo de proceder, bien sea físico, espiritual o ético. Los valores son energías o fuerzas espirituales que mueven a la acción: son eficaces. Un principio es ineficaz mientras no se convierta en valor. Los valores radican no solo en el cerebro(teoría), sino sobre todo en el corazón (afectividad) y en las manos (acción). Según Kant, en el reino de los fines todo tiene un “precio” o una “dignidad”; las cosas tienen un precio, la persona humana tiene una dignidad, no es un medio, sino un fin en sí misma.
Cuando no nos respetamos a nosotros mismos, vendemos nuestra dignidad por un puñado de dinero, y entonces no respetamos a la los demás y la naturaleza digna también de nuestro respeto. Un profesor transmite principios, un educador transmite valores con su manera de ser y de vivir.