Descripción
El ambiente digital ha afectado de modo profundo la manera en cómo los jóvenes viven su fe alrededor del mundo. La cultura actual, ampliamente digitalizada, les ha proporcionado instrumentos tecnológicos desde los cuales organizan sus agendas, estudian, se comunican, establecen nuevas amistades, se enamoran, crean eventos, organizan propuestas pastorales, etcétera; al mismo tiempo que van descubriendo, desarrollando y consolidando su identidad personal. De esto es consciente la Iglesia católica, que ve también en este ambiente digital límites y carencias que podrían estar afectando las relaciones interpersonales, el proceso de comunicación y la comprensión de la realidad concreta.
Sin embargo, en medio de esos límites y carencias, ¿está el ambiente digital –y concretamente las redes sociales– configurando una nueva dinámica de vivir y anunciar la Buena Noticia de Dios, considerando a los jóvenes como destinatarios de ese anuncio y enviados a comunicarlo al mundo?