Descripción
La meta de trasladar las dinámicas de
enseñanza presenciales al mundo digital ha significado, pues, un reto para las comunidades educativas. La inserción en estas nuevas dinámicas nos ha sorprendido y exhortado a tomar decisiones inmediatas. Por ello, toda medida adoptada hasta el momento es acertada y válida. No obstante, con
un panorama incierto por delante, y ya con esta primera experiencia, debemos evaluar más críticamente los implícitos teóricos desde los
cuales partimos, y que probablemente han generado ciertas desazones en nuestro modus educandi. No es, pues, ir de lo “presencial” a lo “virtual”, sino de rediseñar nuestras lógicas de
pensamiento en el marco de la interacción virtual.