Descripción
Afirma que la situación de los refugiados es un desafío a la Compañía que no podemos ignorar si queremos seguir siendo fieles a los criterios fijados por San Ignacio a nuestro celo apostólico y a la llamada de las recientes Congregaciones Generales 31 y 32. Más aún, la ayuda que se necesita no es solamente material: lo que especialmente se requiere de la Compañía es un servicio humano, educativo
y espiritual. Comunica que en vista de lo allí discutido, y después de consultarlo con mis Consejeros Generales, ha decidido establecer en la Curia un centro operativo 'Jesuit Refugee Service' (JRS), para coordinar la acción de la Compañía en pro de los refugiados. Define sus metas y objetivos.