El documento “Características de la Educación de la Compañía de Jesús” (1986) contiene los principios inspiradores y una visión de la educación arraigada en la espiritualidad ignaciana. Luego de su promulgación, los educadores se preguntaron: ¿cómo podemos llevar a la clase todos estos valores, principios y directrices? Así, la Comisión Internacional del Apostolado Educativo de la Compañía (ICAJE) se dedicó a la preparación de la respuesta a esta pregunta. En 1993, se publica el libro “Pedagogía Ignaciana, un planteamiento práctico”, conocido por el apodo PPI (Paradigma Pedagógico Ignaciano). Desde entonces, en los colegios y universidades de todo el mundo, se han producido esfuerzos para la formación de los educadores en los fundamentos y aplicación del PPI; también, a la elaboración de manuales orientadores para el trabajo en el aula. Por otra parte, la creatividad de muchos educadores les ha llevado a experimentar la aplicación de los cinco momentos del PPI: Contexto, Experiencia, Acción, Reflexión y Evaluación, en los procesos de enseñanza-aprendizaje en distintos niveles y áreas del conocimiento. Dedicamos este número a celebrar los 25 años de este importante paso para la concreción de la propuesta educativa jesuita, que permitió la renovación pedagógica en muchas instituciones y que sigue siendo, hoy día, principal fuente inspiradora en el plano de la didáctica, para promover la participación activa de los estudiantes en la gestión de su aprendizaje.