Descripción
Se profundiza en la relación entre el que da
los Ejercicios espirituales y el que los recibe, a partir del Prosupuesto ignaciano (Ej 22) y se incorpora la nueva sensibilidad de nuestro mundo occidental respecto a la relación pastoral. El presupuesto ignaciano propone estas actitudes para la relación espiritual: la confianza mutua de los interlocutores y la libertad para dialogar con sinceridad,
buscando últimamente la única verdad que salva. Pero la confianza que se pide y que se otorga requiere, por parte del que acompaña la experiencia espiritual, una credibilidad que actualmente no hay que dar por supuesta.
De este modo la propuesta ignaciana expande su significado literal y puede iluminar hoy no sólo la comunicación en Ejercicios, sino otras relaciones pastorales,