El diálogo entre fe-cultura aparece en las “Características de la Educación de la Compañía de Jesús” (1986) como uno de sus rasgos distintivos, más cuando se reconoce que nuestros estudiantes y profesores “provienen hoy de una gran variedad de distintos grupos sociales, culturas y religiones; algunos incluso no tienen una fe religiosa”, y que muchos de nuestros centros “han sido profundamente afectados por la rica, pero, a la vez, exigente complejidad [cultural] de sus comunidades educativas”. Para la educación jesuita, el diálogo fe-cultura incluye el diálogo fe-ciencia y se prolonga en el diálogo interreligioso, en el contexto de la globalización envolvente y sus tensiones.