Descripción
Una de las gracias que la Compañía actual ha recibido en su itinerario de fe ha sido,
sin duda, la clarificación de su misión como “servicio de la fe y promoción, en la
sociedad, de la justicia evangélica, que es como un sacramento del amor y
misericordia de Dios”. El voto unánime con que la CG 34 aprobó el decreto Nuestra
misión y la justicia fue un signo de aquella gracia.Pero más claro aún ha sido el signo experimentado después en la evolución de la
Compañía como cuerpo: la inmensa mayoría de los jesuitas ha ido integrando la
dimensión social, tanto en la conciencia de su propia identidad de compañeros de
Jesús, como en la práctica de la misión en los diversos campos apostólicos: en los
centros educativos, en las parroquias y obras pastorales, en las comunicaciones, en
los centros de espiritualidad, en la forma de dar los Ejercicios Espirituales. La
Compañía tiene una imagen pública muy definida por su preocupación social.