Descripción
La esperanza es el impulso que nos motiva a vivir y actuar desde ya como sabemos que puede ser ese futuro mejor al que queremos contribuir. Alcanzar la esperanza de una vida en libertad es hoy posible si se consolida la democracia como el modo normal de hacer política y tomar decisiones en los diversos niveles en los que se relacionan los seres humanos. No hay política democrática posible sin el diálogo y la negociación, imposible en sociedades donde la polarización ideológica empuja hacia posiciones fundamentalistas, intolerantes e intransigentes. ¿Cómo nos puede ayudar la comunicación que no se queda en la superficie a conocernos mejor, incluso al adversario, para encontrar ese terreno en el que podemos cohabitar que hoy, todavía, no vislumbramos? ¿Cómo sintonizamos con esa dimensión emergente de la humanización ligada a la democracia y la libertad, imposible sin valorar el pluralismo como condición normal de las sociedades?