Descripción
Transformar la cultura es una tarea compleja y de largo aliento para la cual hace falta constancia y sabiduría. Hace falta la sabiduría como atributo que se les reconoce a aquellas personas que alcanzan ese grado de madurez humana, afectiva e intelectual que convierte el encuentro con ellas en ocasión de ver más allá de lo que ordinariamente estamos habituados a ver en lo que nos rodea y al interior de nosotros mismos. Una persona sabia está movida por el amor que la lleva a salir al encuentro de esa sabiduría, que quiere ser encontrada, para hacer de la profesión escogida, y lograda con esfuerzo, una dimensión al servicio de establecer relaciones fraternas, de contribuir a un mundo más humano.